lunes, 22 de octubre de 2007

La identidad de los formoseños

Con motivo de una campaña publicitaria que recientemente realizamos para una empresa muy importante, usamos como estrategia comunicacional el uso de personas reales que dieron sus testimonios sobre la experiencia vivida en el uso del servicio.

Buscamos, entre otros objetivos, crear empatía con los posibles clientes utilizando consumidores reales, formoseños como nosotros y no actores, los que brindaban su testimonio.

Realizamos una campaña muy eficiente, en términos de costo-beneficio, y muy bien lograda. Al decir de alguien allegado al equipo, a modo de halago: “No parece formoseño”.

Ahí comencé a pensar sobre la cuestión, y más todavía cuando otro resaltó que esta buena, pero el tono de los protagonistas era muy “nuestro”, que se notaban que eran de Formosa.

La contestación obvia fue decirle que así hablamos nosotros, y que no debemos tener vergüenza de mostrarlo.

La pregunta es: ¿Por qué tenemos vergüenza de mostrarlo?

A nadie se le podría ocurrir decirle a un cordobés que esconda su acento, y ni siquiera a un correntino, que usa un tono más extranjero que el nuestro, todos orgullosos de su origen y de su historia.

El marketing se esconde en los lugares menos pensados y este es un típico problema de posicionamiento.

Muchos formoseños tienen incorporados a su matriz de pensamiento que ser de Formosa es ser menos que el de pertenecer a otras provincias.

Entonces quieren ocultar su procedencia imitando el tono de hablar de los que consideran que están más “arriba”, digamos los porteños. Esto es un grave error.

Cada persona es fruto de su historia y de la historia de su lugar de origen, y todos tenemos que estar orgullosos de ser quienes somos.

Debemos reconocernos como partes de una provincia muy joven, largamente postergada, que recién está comenzando a andar.

Sentirnos orgullosos de nuestras realizaciones, que como claro ejemplo quedará para la posteridad el maravilloso estadio cubierto “Cincuentenario” y tantas obras más: Acceso, Costanera, Hospital de Alta Complejidad.

A modo de ejemplo, la construcción de todas las escuelas con una misma estructura, para que los alumnos del interior de la provincia no se sientan menos que los estudiantes de la capital, es una más de las muchas realizaciones que impactan fuertemente en la creación de la identidad de todos los formoseños.

Todo eso suma para que todos nos sintamos orgullosos de pertenecer a Formosa, el lugar que elegimos pasar el resto de nuestras vidas.

¡Hasta la semana que viene!
Lic. Omar Valenzuela
Ciencias de la Comunicación
Pos-grado en Diseño de Encuestas
licvalen@gmail.com

1 comentario:

Mauro Duarte dijo...

No reniego de mis raíces aunque debo reconocer que no vivo en Formosa hace algunos años...

...y la verdad, es totalmente cierto como algunos que viven un par de meses, por ejemplo, en Córdoba terminan hablando con mas tonada cordobesa que la mismísima Peperina. Eso no debe alarmarnos, creo, quedan peor tratando de aparentar algo que no son que si reconocieran que son de un determinado lugar. Creo.